Dios te Salve, Virgen pura,
Reina del Cielo y la tierra.
Luna clara del Rocío,
luciente y hermosa estrella.
Dios te salve, Blanca Paloma,
Madre de los rocieros,
a Ti llamamos nosotros
desterrados hijos de Eva.
Ea, Madre del Rocío,
constante abogada nuestra,
vuelve a nosotros Tus ojos
inundados de nobleza.
Ea, Madre del Rocío,
consuelo siempre en la pena,
muestra a nosotros Tus manos
de misericordia llenas.
Y después de este destierro
a Tu bello Niño muéstranos.
A ese Sol, bendito fruto,
Pastorcillo de esta tierra,
a Tu bello Niño muéstranos.
A ese salvador del mundo,
que nos guía y nos sustenta,
y nos lleva hasta Tu trono
en la fiesta rociera.
Oh, dulce Virgen María,
sé Pastora en esta tierra.
Guía bien a Tu rebaño
a las marismas eternas.
Oh, Madre de Dios, salva al rociero
que siga la senda del Rocío al Cielo.